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martes, 22 de marzo de 2011

Cómo abordar un proyecto de implantación de Moodle y no perecer en el intento.

Una vez que se toma la decisión de implantar un LMS, como puede ser Moodle, como herramienta de apoyo a la docencia presencial empieza para muchas instituciones educativas un pequeño calvario que en la mayoría de los casos conduce a un resultado final más bien dudoso.

Los errores suelen ser siempre los mismos, por lo que es fácil hacer una relación de los más habituales y proporcionar una serie de consejos que eviten que uno o varios de estos errores lleven al traste nuestro proyecto.

El primer error suele ser “no considerar la implantación de Moodle como lo que es” , un proyecto de implantación de un sistema de información. Muchas implantaciones de Moodle se hacen sin objetivos, sin planificación de las fases, sin análisis de costes, sin plan de formación, sin......

Cuando aborde la implantación de Moodle defina previamente estos elementos; en muchos casos basta con hacerse una serie de preguntas y tras obtener las respuestas, registrarlas en un documento que sirve de guía al proyecto:
  • ¿Qué objetivo global quiero conseguir? Uno, el que resume el “por qué” de la decisión de implantar Moodle
  • ¿Qué objetivos operacionales tengo a corto, medio y largo plazo?. Indique qué quiere conseguir y dónde.
  • ¿Cómo impactará en el desarrollo habitual de mi actividad y qué procesos internos deberán ser modificados?
  • ¿Cuántas fases va a tener el proyecto y qué hitos las marcarán?
  • ¿Con qué presupuesto económico cuento?
  • ¿Qué elementos tecnológicos voy a necesitar?
  • ¿Quién va a liderar el proyecto?
  • ¿Con qué personas internas o externas voy a contar, y con qué dedicación?
  • ¿Cómo voy a medir el avance del proyecto?

En muchas ocasiones, la elaboración de esta planificación requiere la ayuda de un experto externo a la organización, un consultor o asesor, capaz de optimizar este proceso de análisis y de poner unos buenos cimientos al proyecto.

De la no planificación anterior se deduce un segundo error relacionado con el planteamiento económico del proyecto. En muchas ocasiones se confunde que las licencias del software que implantamos sean gratuitas, como es el caso de Moodle, con que no tendremos costes asociados a su implantación; esta errónea apreciación nos lleva muchas veces a no hacer una provisión económica adecuada que hará imposible la puesta en marcha del proyecto.

¿Cuales son estos costes en los que vamos a incurrir?. Básicamente de tres tipos: costes asociados a la planificación y gestión del proyecto, costes de equipamiento y adecuación tecnológica y costes de formación del personal.
  • Los primeros hacer referencia a los costes del personal interno y/o externo que participe en el análisis, implantación, puesta en marcha y soporte postprodución de la plataforma.
  • Los costes tecnológicos hacen referencia a la adecuación de las infraestructuras, adquisición de equipos o a los contratos de hosting de la plataforma.
  • La tercera partida, fundamental, hace referencia a los costes del plan de formación de los usuarios de la plataforma, ya sean estos docentes o alumnos.
La cuarta partida que aparece en todos los proyectos TIC, la partida de licencias de software, es la que nos ahorramos cuando utilizamos productos de libre distribución. Y esta es la ventaja competitiva de Moodle respecto a otras plataformas propietarias.

Vamos a por el tercer error más común: la falta de implicación de los diferentes estamentos organizacionales afectados. Es muy común que un proyecto de implantación de Moodle sea promovido por un determinado departamento docente, normalmente el departamento de tecnología, o incluso por un único profesor conocedor de las virtudes del producto, y que todo comience por con el uso de una maqueta del producto en un servidor interno; al fin y al cabo, el software es gratuito. Posteriormente, el promotor realiza una labor de concienciación del resto de la organización, muy cercana al proselitismo, intentando obtener apoyos para abordar un proyecto más amplio y finalmente, tras un periodo que varía entre unos centros y otros, el tema quede reducido a un elemento residual. ¿Dónde está el error?. A mi juicio, en la falta de apoyo de la dirección; quien desee promover en su organización una herramienta como Moodle debe obtener el apoyo incondicional de la Dirección, que a su vez, debe implicar a los diferentes niveles, de arriba a abajo, con un espíritu colaborativo e integrador.

El cuarto error se comete cuando la situación anterior se da la vuelta y se aborda la implantación con un exceso de entusiasmo y como ya hemos dicho antes, poca planificación. El usuario, poco o nada formado, empieza a utilizar la herramienta de forma intuitiva, con más o menos fortuna, sin criterios pedagógicos comunes, sin un apoyo técnico adecuado y, lo que es más grave, con una dedicación de tiempo excesiva para los resultados obtenidos. 

En el mejor de los casos, el material generado será de dudosa calidad, y en el peor, el cansancio y la decepción harán mella en el docente que ve cómo su gran esfuerzo le proporciona muy pocos resultados.

El consejo es bien simple: elabore un plan de formación adecuado y póngalo en manos de un experto en el producto; el coste económico será siempre inferior al de un proyecto fracasado o con resultados inadecuados.

Para terminar, quinto y último error que comentaré: enfocar la implantación de Moodle desde una óptica meramente técnica. La implantación de una plataforma elearning tiene una componente funcional y operativa muy importante en muchos de los procesos educativos, afecta a las programaciones de las materias, a los sistemas de evaluación, a los informes de rendimiento de los alumnos, a los recursos didácticos utilizados. Es algo más que poner un programa informático a disposición de los profesores, es un cambio en la metodología didáctica.

No deje la implantación exclusivamente en manos de su proveedor de infraestructuras habitual o de su personal técnico interno. Cree un equipo mixto, con técnicos y con docentes, y si es necesario, como ya hemos comentado anteriormente, incorpore un asesor externo que pueda aunar las dos visiones y facilitar que su proyecto sea todo un éxito. Haga un piloto con un pequeño grupo de docentes, analice las dificultades corrija los errores; cuando el piloto esté a punto, haga extensivos los resultados al resto de la organización, que podrá trabajar sobre terreno seguro.

Espero que estos consejos le sirvan para tener éxito en su próxima implantación de Moodle.


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